Desde fotografías de libros de medicina genética. Retratos de niños que tienen alteraciones genéticas y como consecuencia el retardo mental. No es la intención permanecer en la metáfora de la enfermedad sino hacer hincapié en la ambigüedad que se genera en la mirada de los personajes.
En la morfología de sus cabezas existe una anormalidad no siempre obvia, puede ser que en la mirada más superflua encontremos en estos retratos una relación hacia lo perturbado, la deformación siniestra y lo dramático, pero más allá se halla una reflexión sobre la infancia y el ser niño, la culpa de existir, sobre la existencia del ser humano y la relación hacia el otro. Cuál es la mirada del espectador hacia un niño que no parece normal.
De esta forma la enfermedad queda en un segundo plano y llama la atención lo que está por fuera de lo que se considera, socialmente, normal.
En la morfología de sus cabezas existe una anormalidad no siempre obvia, puede ser que en la mirada más superflua encontremos en estos retratos una relación hacia lo perturbado, la deformación siniestra y lo dramático, pero más allá se halla una reflexión sobre la infancia y el ser niño, la culpa de existir, sobre la existencia del ser humano y la relación hacia el otro. Cuál es la mirada del espectador hacia un niño que no parece normal.
De esta forma la enfermedad queda en un segundo plano y llama la atención lo que está por fuera de lo que se considera, socialmente, normal.
